No cabe duda que mi trabajo « de vanguardia » hoy en dia se desarrolla en los laboratorios, de donde han surgido toda una serie de performances, magníficas colaboraciones. Las llamo Folies à Deux (Locuras de a Dos): transferencias entrelazadas hacia lo que viene a ser mi principal objetivo: la creatividad psicológica. Mi papel: director de laboratorio, el que la alquimia llamaba ARTIFEX: artífice, catalizador y, por qué no, chamán: « Se es chamán mientras dura la suerte » (Roberte Hamayon). Con la edad parece que tengo más suerte. Esto lo describe maravillosamente Florence Derail en un correo electrónico que termina así:

« Este taller-laboratorio
– no es un lugar terapéutico – a pesar de la benevolencia que reina en ellos,
– es un lugar en el que cada participante, sean cuales sean sus posibles bloqueos iniciales, se coloca en un estado de hipercreatividad e hiperreceptividad, donde la intuición crece a un ritmo muy rápido.
– Es un laboratorio en el sentido más fuerte, un lugar de experimentación [¿para quién? Para todos, incluido Enrique Pardo] ».

¿Y la voz en todo esto? Me gusta una definición (indirecta) de Giorgio Agamben: « Escuchar la voz dentro del discurso, en eso consiste el pensar ». También me gusta la cita favorita de Roy Hart: « La voz es el músculo del alma », de H. W. Longfellow. EP